jueves, 12 de diciembre de 2013

Lentejas al estilo sirio

Las lentejas al estilo sirio son una receta árabe de la chef Anud Abbassi de Canal Cocina. Con ellas voy a participar en el Concurso de Cocina Internacional de la misma cadena. El motivo de que haya elegido esta receta es que siempre me han encantado las lentejas, pero siempre las he cocinado de la manera tradicional. Estas lentejas son también tradicionales, pero dentro de la cocina árabe, donde predominan las especias y los sabores agridulces.

                                

He tenido algunas complicaciones a la hora de encontrar algunos de los ingredientes, como la pasta de tamarindo o la melaza de granada, pero al final he conseguido hacerlos yo a partir de la materia prima. Para los que no lo conozcáis, el tamarindo es un fruto que viene del árbol con el mismo nombre, el cual crece en África y en Asia. Tiene un aspecto similar a un dátil alargado dátil y viene dentro de vainas que crecen del árbol. 

La mezcla del tamarindo con la granada, el tomate, el comino y el cilantro resultan en unas lentejas la mar de sabrosas con un toque entre dulzón y picante, ¡y nada que ver con las lentejas que había probado hasta ahora! Por ello, aunque es una receta que exige algo de dedicación, a todos aquellos a los que les gusten los sabores exóticos os digo que merecerá la pena. Como dice mi padre, a medida que vas comiendo el plato de lentejas, te van gustando más, y cuando se terminan te da una pena tremenda.

Para coronar el plato, en la receta original acompañaban el plato con pan de pita frito. Yo he preferido completarlo con unos calabacines fritos y crujientes, que le dan un toquecito a verdura muy bueno.

Ingredientes (3-4 personas)

  • 1 vaso de lentejas pardinas
  • 1 vaso de pasta (lacitos)
  • 2 cucharadas soperas de pasta de tamarindo
  • 1 cucharadita colmada de comino molido
  • 2 cucharaditas de melaza de granada
  • 3 cucharadas soperas de tomate frito
  • Unas ramas de cilantro
  • 1 cebolla grande
  • 1 diente de ajo
  • 1 calabacín
  • Harina y huevo
  • Sal
  • Aceite de oliva

Para la pasta de tamarindo:

  • 200 g de tamarindo

Para la melaza de granada:

  • 1 granada
  • 2 cucharadas soperas rasas de azúcar moreno
  • Unas gotas de limón
Antes de hacer las lentejas, tendremos que tener preparada la pasta de tamarindo y la melaza de granada. Si os pasa como a mí y no los encontráis en las tiendas, podéis hacerlos vosotros mismos.

Para la pasta de tamarindo, compramos las vainas de tamarindo. Las pelamos, les sacamos los frutos (son como dátiles alargados) y los hidratamos en agua tibia durante 30 minutos. Después lo machacamos con un mortero junto a parte del agua con los que lo hayamos hidratado hasta obtener una pasta uniforme. El tamarindo lleva dentro unas semillas duras que irán saliendo cuando vayamos machacando. Las tenemos que ir retirando a medida que salen.

Para la melaza de granada, desgranamos una granada y hacemos un zumo con las pepitas en la batidora. Ponemos el jugo en una sartén junto al azúcar moreno y al limón y dejamos que reduzca a fuego lento.

Además, tendremos que dejar las lentejas echadas en agua unas horas antes de cocinarlas.

Listo todo esto, echamos un chorreón de aceite en el culo de una olla y las lentejas encima. Las cubrimos con agua y añadimos el comino y un poco de sal. Dejamos que se cuezan y, cuando estén casi tiernas, añadimos la pasta de tamarindo, la melaza de granada y el tomate frito. Removemos, probamos de sal por si necesita más, y añadimos la pasta. Dejamos que se cueza en el guiso a fuego lento. Si ves que después de esto se ha quedado demasiado espeso, añade un poco más de agua.

Mientras, vamos picando el cilantro y machacando el ajo con un mortero. Por otro lado cortamos la cebolla en tiras y la pochamos en aceite hasta que esté doradita por fuera y tierna. Cuando la pasta y las lentejas estén tiernas, añadimos el ajo, el cilantro y la cebolla (bien escurrida de aceite). 

Ya tenemos el guiso de lentejas listo, sólo nos faltan los calabacines fritos para darle el toque crujiente. Para ello pelamos el calabacín y lo cortamos como si fueran patatas fritas. Lo salamos y rebozamos con huevo y harina y lo freímos en aceite caliente. Al sacarlos, los dejamos escurrir en un papel de cocina.

Servimos las lentejas en cada plato y adornamos con unos cuantos calabacines.

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